Petits a l’aigua

Publicado el por

Cursillos destinados a bebés de 8 hasta 24 meses. Estas clases se realizan con los padres dentro del agua. Tienen una duración de 45 minutos y el monitor es el encargado de dinamizar la clase desde dentro del agua.

OBJETIVOS DE LAS CLASES:

Perder el miedo al agua:

El objetivo es que el bebé se familiarice con el medio y que aprenda, con el paso del tiempo, a flotar y a meter la cabeza.

Desarrollo psicomotor:

El bebé de pocos meses no puede desenvolverse con facilidad fuera del agua, aún no camina ni gatea. El agua le da una agilidad y libertad de movimientos importante (dentro de que los sostenemos nosotros). Ya de pequeños adquieren nociones de desplazamientos y distancias, mayor sensibilidad a sus propios movimientos y en definitiva una mayor coordinación motriz gruesa, que irán perfeccionando.

La resistencia que el agua ofrece a los movimientos del bebé favorece el desarrollo muscular, y algunos niños pueden adelantar el momento del gateo o de los primeros pasos al tener más capacidad y fuerza (aunqueno tiene por qué estar relacionado, y tarde o temprano todos los bebés lo hagan).

Fortalecimiento cardiorrespiratorio:

Nadar, moverse en el agua, fortalece el corazón y los pulmones al hacerlos trabajar. Las respiraciones en la piscina, haciendo ejercicio, aumentan la eficiencia en la oxigenación y traslado de la sangre.

Fortalecer la relación afectiva con los padres

Se suele recomendar que sean los padres los que se bañen con el bebé, y de este modo, disfrutando de una actividad placentera, se fomenta el vínculo afectivo, se refuerza la confianza en los papás. Crece el conocimiento mutuo y aumenta el amor y confianza entre ellos. La presencia del padre o madre en el agua es además fundamental durante los primeros días, en los que el bebé puede tener miedo a la novedad.

Porque en definitiva, más que de una experiencia didáctica o pedagógica se trata de una experiencia lúdica, donde el juego y la diversión predominan. Este fortalecimiento afectivo aumenta la autoestima del bebé.

Socialización recreativa

El bebé empieza a desarrollarse en un entorno social con otros bebés y adultos en un entorno lúdico, acompañados de sus padres, sin traumas.

“Conocer” a otros niños, a los monitores, otros papás y mamás, y compartir actividades con otros bebés le proporcionará confianza para comunicarse con los demás y le ayudará a construir la imagen de sí mismo.